¿Realmente sé que es la felicidad?

Albeiro Sotelo MD. Esp, Medicina Interna

¿Te has llegado a preguntar si eres feliz o si lo que realizas te hace realmente feliz? Literalmente la felicidad significa «posesión de un buen espíritu», es decir,  goce o disfrute de un modo por el cual se alcanza la prosperidad y el disfrute de la vida.

La felicidad puede entenderse de muchas maneras: puede consistir en un «bienestar» en «placer»,  se trata de un bien y con frecuencia de una finalidad1.

La felicidad es un estado emocional  que supone una sensación de bienestar, satisfacción, placer  y paz interior.   Quién está feliz se siente plenamente a gusto, contento y complacido de disfrutar algo que desea. Desglosando los orígenes de la palabra felicidad, viene del latín felicitas, a su vez de felix “fértil”, “fecundo”. Para denotar el concepto de “feliz” el latín tiene tres adjetivos: Fortunatus: colmado de suerte  y fortuna, beatus: colmado de bienes o riqueza y felix: beneficiado por la fecundidad.

La felicidad puede entenderse  como un estado subjetivo, caracterizado por una condición emocional y un enfoque mental positivo, que genera energía, compromiso, bienestar, satisfacción y sentido de la vida2. La cual se manifiesta a través del ánimo, los pensamientos, la conducta  y la sensación de sosiego que sienten las personas con lo que realizan día a día.  

Según Aristóteles la felicidad ha sido identificada con diferentes bienes: con la virtud, la sabiduría práctica, la sabiduría filosófica o en su esencia básica, todo aquello que nos da placer, prosperidad, diversión o gozo1.       

Según San Agustín la felicidad puede ser entendida como el fin de la sabiduría, la posesión de un verdadero  absoluto y en último término la posesión de Dios, todas las demás «felicidades» se hallan subordinadas por esta.1     

Lo cierto es, que si bien se tiene definido desde tiempo atrás, actualmente pareciera que no está representada como un bien en sí mismo por desconocimiento de su causante. Hay quienes incluso consideran a la felicidad como un estado de ánimo independiente de los bienes o males externos1.

Según Daniel Gilbert profesor de psicología de la Universidad de Harvard  «la palabra “felicidad” se utiliza para indicar al menos tres cosas afines: felicidad emocional, felicidad moral y felicidad valorativa».3

La felicidad emocional, la más importante de las tres se define como un  sentimiento, una experiencia, un estado subjetivo y por eso no tiene un referente objetivo en el mundo físico[3]. Es un  estado psicológico, es esa sensación que se tiene cuando se recibe la noticia de un ascenso o cuando la persona que amamos también nos dice que nos ama. Es ua sentimiento difícil de describir.3

La felicidad moral, está vinculada a  la virtud, implica un crecimiento, la  necesidad de hacerse digno de ella. Esto implica que sólo cuando hacemos el bien somos realmente felices. La felicidad moral por  lo demás, sobrepasa la felicidad física.

Según el criterio moral, la búsqueda de la felicidad nos puede hacer felices, pero en sí misma la felicidad, no nos hace buenos,  es decir, —no nos hace merecedores de ella.

La felicidad valorativa o cuantizada propone  valorar la idea que los estados del ánimo y por tanto la felicidad de las personas,  al final es igual para todos. Es decir que todos podemos ser   felices independientemente de lo mucho o poco que vivamos, de las riquezas que tengamos y otras desigualdades existentes entre los seres humanos.

Es importante saber que la felicidad la construimos día a día a partir de aquellas cosas pequeñas  que nos proporcionan alegría, como por ejemplo compartir con un ser querido, ver un maravilloso atardecer, sonreír, hacer deporte,  oír la canción que nos encanta, leer un buen libro, ver una buena película o un documental, etc. asistir a un evento trascendental, como graduarnos de la universidad, recibir una condecoración, obtener un ascenso en el trabajo, nos proporcionan una  alegría,  que aunque puede ser intensa, es transitoria y dura pocos días. Por eso, debemos disfrutar de estos instantes irrepetibles que nos proporciona la vida.

Tanto el placer, como el significado y el tiempo que le dedicamos a lo que hacemos es importante para encontrar la felicidad. Así que, cada vez que realicemos alguna actividad, como una labor social, un trabajo, un deporte, o utilicemos en algo  nuestro tiempo libre, debemos tomarnos un momento  para  observar nuestras reacciones,  sentimientos y emociones,  determinar si lo que hacemos realmente nos hace felices, si le da sentido a nuestra vida y qué tiempo vamos a dedicarle a cada actividad. El llegar a descubrir que nos hace verdaderamente felices y tomarnos el tiempo necesario para poder disfrutarlo es «un tesoro», «un regalo divino», es lo que nos va a permitir mejorar nuestra salud física y emocional, calidad de vida,  vivir muchos más años, sentirnos satisfechos y disfrutar el devenir de los días.  

Referencias:

1. Mora, j.F., Diccionario de Filosofia. 1edición, revisada, aumentada y actualizada ed. Vol. Tomo II. 2002: Barcelona

2. Pedrals Nuria, B.M., Rigotti Attilio, , Bases científicas de la felicidad, 2014, Clínica UC San Carlos de Apoquindo

3. Gilbert, D., Tropezando con la Felicidad. 2006: Editorial Destino, Barcelona.